domingo, 1 de noviembre de 2009

Paso 10: Irse tiene fecha en el calendario, quererese no

Llegó el momento más y menos esperado de todos. Cuando iniciamos todo este periplo "odisíaco" no sabíamos que tanto lo deseábamos, tampoco sabíamos qué tan pronto sería, y mucho menos entendíamos las implicaciones de que llegase este momento; pero está aquí y reclama su justa cuota de atención, concentración y eficacia: Hay que definir una fecha.
¡Ese día nos vamos y punto!
Piensen en las siguientes variables:
Los tickets de avión son más costosos mientras más cerca de fechas importantes estén; hay un millón de cosas que no saben que deben hacer antes de irse y las van a descubrir muy pronto, así que deben estar viviendo cada noche, una extraña sensación de que algo está suelto, dejado a la ligera, pero no, es prácticamente toda su vida la que no han comprendido aún que en, digamos, para ser conservadores, dos meses, van a tener que meter en una maleta (haciendo dramáticos cortes de tamaño en sus vivencias que más adelante trataremos).
No coloquen la fecha de su salida cerca de ninguna fecha importante para su familia; nada de irse el día antes del cumpleaños de mamá o papá.
Cuidado con escaparse unas horas horas antes dela comunión de alguien, la confirmación de uno o el matrimonio del otro.
Tengan paciencia. Escojan con temple y sobre todo, con las manos metidas en la cartera, un día en que fundamentalmente, puedan costear el precio de la operación de irse.
No se torturen buscando el mejor día, el menos triste, el menos gris, el menos brillante. Cuando se separen de su familia, de su tierra y de todo lo que creen les pertenece o sienten que pertenecen a; pues, el clima se hará irrelevante, los colores serán los mismos y el llamado a la aventura de emigrar será lo único que querrán escuchar, es mejor así.
Definir la fecha trae consigo además, decisiones financieras, económicas. Recargen sus baterías morales y físicas, porque luego de decidir la fecha, lo que viene es todo en bajada, sin frenos, ha llovido y la vía, con cada paso que damos, se hace más resbaladiza.

2 comentarios:

DINOBAT dijo...

La lejanía puede ser diabólica...después de un tiempo te das cuenta que lo diabólico es el mal vivir bajo el régimen del balurdo Teniente Coronel, extrañas pero duermes tranquilo...

Alejandra Click dijo...

Ojalá siguieras escribiendo, pues tu blog es excelente.

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