sábado, 7 de abril de 2012

Paso 16: ¡Quema los barcos como Cortéz!

Una vez que pongas un pie en tu lugar de destino debes, sin ninguna dilación, sin exusas ni cortapizas, comenzar a "vivir" en ese lugar.
Parece una tontería mi sugerencia, pero no lo es.
Para el emigrante que no sabe emigrar, como yo, desprenderse de la vida "pasada" puede convertirse en una tragedia, una que además puede arrastrar por el drenaje del fracaso todos los aspectos de tu existencia incluyendo las relaciones sentimentales, laboraborales, económicos, espirituales, etc.
Así que y como hizo el conquistador Cortéz: ¡Quema los barcos!
Hay algunas cosas que puedes ir adelantando antes de finalizar el viaje y para las cuales, la realización del paso N°. 15 de este manual ayuda muchísimo. Por ejemplo:
Puedes enterarte de las costumbres del lugar, la geografía, el clima, las vías de comunicación, los sitios de recreación, las atracciones turísticas (¡Recuerda que tu no eres una de ellos por favor! Un turista, quise decir), la historia pasada y reciente. De esta manera, cuando arrives, tendrás una idea más clara de lo que te espera.
Sin embargo, la forma más clara de romper los vínculos es atreverte a construir tu nueva vida, en tu nuevo hogar, con las nuevas circunstancias que te rodean. Para ello hay que vencer el miedo.
Muévete por tu nueva ciudad, habla con tus nuevos vecinos, aprende los protocolos de comunicación de las personas, imítalos.
comparte tus experiencias, busca puntos en común, que hay muchos.
Escucha las noticias locales, saca provecho de los beneficios a tu alcance y por el amor de Dios, despeja tu mente de las circunstancias que dejaste atrás.
Amigo emigrante que no tiene ni idea de como emigrar, yo me he dado cuenta de una gran verdad: La única forma de volver es quedándote a vivir.

jueves, 24 de febrero de 2011

Paso 15: Practica tu actitud de emigrante en el trayecto

En unos de los apartes anteriores del manual, comenté que muchos emigrantes se dejan arropar por una sensación de novedad que los hace creerse turistas. Los síntomas son clarísimos: Se enfrascan en actividades propias de visitantes y no de alguien que llegó para quedarse.
Visitan ruinas, sacan fotografías, se compran ropa, recuerdos, sombreros que dicen "I was here!", etc., etc.
Yo hice todo aquello y saben qué: Llega el día en que entienden que no se encuentran en ningún crucero de quinceañeras o en algún camping para familias aventureras; están viviendo una aventura sí, la aventura de emigrar. ¡A lo Indiana Jones!
Por todo lo anterior quiero recomendarles que practiquen su actitud de emigrante en el trayecto, bien sea éste largo o corto, tranquilo o muy movido, por mar, tierra o aire.
Es entendible que no les guste esta idea dado que para muchos, incluyéndome, el trayecto sirve para torturarse pensando en todo lo que dejaron atrás y en las posibilidades que ya no se consumarán porque no estamos más, sin embargo, créanme, les conviene poner pie en su destino con la actitud de quien viene a cimentar su nueva vida sobre bases sólidas.
Respiren profundo, serénense y pónganse a trabajar.
Para lo que han seguido el manual, resultará familiar el PIM (Plan de Inversión Migratorio) y el PAM (Plan Azaroso Migratorio); allí esbozaron cómo, cuándo, dónde y cuánto costaría todo aquello. Pues, tengan todas esas anotaciones a la mano durante el trayecto, revísenlas, repásenlas, memorícenlas; no lo digo porque aquello esté correcto o porque deban adherirse a un plan preconcebido de manera rígida, no, lo recomiendo porque leyendo aquello, entenderán todos los sacrificios que ustedes y todos quienes los quieren y rodean, han hecho para que emigrar pasara de ser un deseo a ser una realidad.
Comprenderán que deben cumplir el trayecto hacia una nueva vida con mente amplia, listos para tomar con las dos manos cualquier oportunidad que se presente, que deben abrir sus corazones a nuevos intereses, nuevas relaciones, con gente, con instituciones, hasta con el clima.
Una de los grandes descubrimientos que he hecho en mi, absolutamente equivocada, forma de emigrar, es que como turista, jamás podría llegar a entender todo lo que me rodea, si no me comprometo a "vivirlo" y no a "observarlo" como quien llega a pasar una vacaciones, con el peso enorme de la "temporalidad" aplastándonos la cuarta sacra con quinta lumbar.
Ojalá no tengan que dedicarle tiempo a escribir un manual para explicar todo lo que no hicieron.
La actitud es como el cable que los conecta al devenir de su nueva actualidad.
Hay que estudiar la geografía, la filosofía, la moda, la gastronomía, qué es accesible, qué no lo es. Hay que saber cuándo sale el sol (A qué hora), por donde llegan las nubes que traen la lluvia, quién vive al lado, quién arriba y quién abajo; debemos saber qué se considera políticamente correcto y qué incorrecto, hay que hacerse una visión propia acerca de quiénes son los bandidos de sombrero negro y quiénes los sheriffs de sombrero blanco.
De esa manera podrán sentirse propios y no extraños con mayor rapidez.
Descubrirán de forma tajante, irreductible, insoslayable, que los que emigramos solamente buscamos estabilidad.
Amarren bien su látigo al cinto, revisen la pistola y ajusten el sombrero, estamos próximos a arribar a nuestro destino. Tan ta ta taaaaa, tan ta taaaa... 

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