viernes, 11 de febrero de 2011

Paso 14: ¡Vete!

Para muchos el título del siguiente paso del manual puede sonar algo sonso, alguien podría espetarme a la cara: "¡Claro, como si fuera tan fácil!". Pero es que no hay más nada que decir.
Llegó el día esperado, la hora marcada, el minuto que nunca llegaste a imaginar con claridad, pero que fue el motivo de tus noches sin sueño durante las últimas semanas, meses o hasta años; hoy te vas para el carajo, hoy te conviertes en un emigrante a carta cabal, hoy te gradúas de la primera parte del Manual del Emigrante que no Sabe Emigrar.
Puedes buscar en Internet cientos, miles o quizás millones de páginas con consejos especializados para viajantes: "Ponga su billetera en un lugar seguro, preferiblemente un porta documentos abrazado a su cuerpo", "tenga a la mano su pasaporte, lo va a necesitar", "anote los teléfonos que puedan ser vitales para el éxito de su viaje", y un gran etc.
El hecho es que vas a llegar a la gran fecha desbaratado(a), agobiado(a), embotado(a), triste, medio arruinado(a) y en mi caso particular, también llegué enrratonado.
Recuerdan el ofrecimiento para llevarlos al aeropuerto del que hablamos en el paso N°13, pues yo dije sí y cuando nos espabilamos, teníamos una comitiva que nos acompañaría hasta la puerta del avión. Las comitivas sólo hacen más largas y difíciles las despedidas.
¡Sí, las despedidas!
Algo que pensamos ya habíamos dejado atrás, que habíamos superado aunque con muchos daños a nuestra carrocería.
En medio de aquel torbellino de emociones, magnificado además por el montón de rones que me había metido la noche anterior, no atiné a decir nada inteligente cuando llegó el momento y mis seres queridos comenzaron a abrazarme; recuerdo que mis palabras de despedida al mejor amigo que tengo en la vida, mi papá, fueron: "No inventes".
¡No inventes!
¿Qué carajo significa esa vaina? ¿No inventes qué? ¿Cuándo y cómo?
La cara de mi papá fue un poema.
Amigos y amigas; tomen este consejo simple: Eviten las comitivas y mucho más aún, despídanse una sola vez.
Yo recomendaría hacer la una lista de las cosas que necesito e iría tachando cada línea en la medida en que avance el proceso y búsquense algún blog o alguna página Web que les indique el camino en términos de logística y obviamente tener sus documentos, pasajes y dólares a la mano. También haría una lista de las cosas que debo y quiero decirle a quienes me acompañen, sólo para evitar otra épica frase como mi "¡No inventes!".
Al final, sólo váyanse y traten de no mirar mucho hacia atrás, porque si lo hacen corren el peligro de arrepentirse o mucho peor, de irse sin marcharse.
Yo, en la personal, no hice nada  No me preparé e improvisé muchas cosas. Para cuando llegó el momento de subirme al avión ya estaba tan agotado que dormí como un bebé.
Soñé que decía y hacía las cosas correctamente.

6 comentarios:

Adriana dijo...

no inventes! claro si el que vive inventando eres tu! jajajajaja

Adriana C Lopez dijo...

...Voy a mostrarle este post a mi familia...!!!

Maria C Galavis dijo...

Que bueno esta Gonzalo, como me hace recordar y hasta reir de mi propia odisea..... en mi caso ( aunque sn rones de por medio...) no se me ocurrio nada mejor que llegar a Maiquetia con 9, si NUEVE maletas de cosas inutiles.... que a los 3 meses ya no me servia para nada, ni la ropa de los chamos, pues en este "gran" pais donde todo que que ingieres esta fortificado... con hierro, calcio, minerales... hormonas etc. lo perdieron sin nisiquiera tener tiempo de sacarlo de las mismas....asi que en mi caso no hubo gran despedida en el aeropuerto, pues las maletas las revisaron una por una, por supuesto desarmando todo para que fuera imposible volberlas a cerrar.... mi papa se dedico a darme animo... "te va a dejar el avion..." "deja las maletas..." "anda y vete con lo que tengas listo..." asi que la despedida solo dio tiempo para un beso y la Bendicion,..... y no creas, todavia ( casi 6 años despues) se me agua el guarapo al recordar ese momento...

Te felicito, algun dia debes llevar esto a imprenta, yo tengo algunas ideas.. :)

Unknown dijo...

María Cristina esa fue la idea original, hacer de esto un libro. Ojalá lo publiquemos y ojalá quede obsoleto rapidamente porque ya nadie se querrá ir de Venezuela y nosotros regresaremos!!
Un besote
G.
PD.: Cuando quieras compartimos ideas!!

Alejandra Click dijo...

La despedida es lo más duro. Sin duda. No hay otra parte más dura que esa. Mil veces me imaginé ese momento para no hacerlo tan duro, para planificarlo, para detener el dolor.
Aún recuerdo el día en que me levante de mi cama, el día de la ida. Lloré. ¿Pero era lo que quería no?
Y bueno, nos vinimos, aquí estamos mi esposo y yo, con la nostalgia. Nos va bien sí, nos gusta mucho estar aquí, pero una parte está en Venezuela, en mi caso: nuestra familia. Es así.

Unknown dijo...

Gracias Alejandra por tu comentario. Al menos tienes a tu esposo, yo sin mi familia ya me hubiese vuelto loco. Un abrazo.

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