viernes, 23 de abril de 2010

Paso 11: Qué se va y qué se queda

Pido disculpas por el prolongado hiato en el que cayó el blog; la verdad, él mismo me alejó, me mandó a volar y llegué a no querer saber nada de "esa vaina", como una vez lo menté. Luego de reflexionar, sin madurar, he vuelto, no renovado, sino más resoluto. Ya veremos.
Retomemos pues...
Una de las características más resaltantes de nuestra especie (Digo, la especie humana), es su infinita capacidad para acumular todo tipo de objetos. Uno se fija en el resto de los participantes del ecosistema terrícola y ellos, pues, acumulan para sobrevivir en el invierno, en la sequía, durante los monzones, etc.
A los animales les va la vida en cuanto puedan acumular, a nosotros se nos va la vida acumulando, y solamente nos daremos cuenta de cuanto acumulamos cuando haya que hacer un inventario de nuestras posesiones.
50 libros, 100 discos compactos, 8 pantalones, 15 camisas, la foto con mis amigos, el jarrón que nos regaló fulano, el cuadro que nos dejó mengano. Cuando el inventario termina, por más modesto, humilde o pata en el suelo que sea el inventariante, el monto, espacio y costo del total, serán sorprendentes; entonces vendrá la frase consabida: ¿Y de dónde salió tanto perol?
Pues de nuestras vivencias. De cada calle que cruzamos en la vida, de cada tropiezo y de cada victoria hay un detalle, un recuerdo, un objeto que nos indica la experiencia vivida.
La desición de emigrar nos va a poner ahora en el predicamento de decidir qué es lo que nos vamos a llevar con nosotros y qué es lo que va a quedarse atrás. Ese atrás es particularmente interesante de analizar.
No es que lo que se queda atrás lo hace en el estricto sentido geográfico, no, se queda atrás en el aspecto histórico también, se margina de nuestra memoria de corto plazo y deja de ser una constante en nuestra existencia. Yo soy fanático de Boca Juniors, el famoso equipo de fútbol de la Argentina, recuerdo haber recolectado, entre regalos, herencias y otros, todas las camiseta oficiales desde finales de los años ochentas hasta el presente y de otras épocas también, incluyendo una réplica de la primera camiseta jamás usada por los jugadores del club en 1905.
Cuando me fui, solamente la camiseta de 1905, que no tiene los colores de Boca, ni luce como una camiseta de jugar al fútbol, hizo el viaje conmigo. Mi afición por Boca entró en un congelador del cual no ha salido, o no la he sacado, y la camiseta histórica, permanece colgada sin que haya calor humano que le de significado: ¿El por qué?
Porque cuando la metí en mi maleta, en mi contexto, esa era una camiseta especial entre las cientas de camisetas de Boca, pero ahora, en la nueva realidad, con nada que la contextualice, está perdida.
Toda esta reflexión la hago para poder sugerirles el paso 11 del manual; inventaríen concienzudamente sus pertenencias, porque no todo cabrá en la maleta, en la caja, en el barril que habrán de llevarse, momentáneamente o para siempre cuando emigren; escojan con mente fría aquellos objetos que verdaderamente contribuyan con la construcción de su nueva realidad, no aquellos que los aten a la anterior, sino, nunca serán libres.
Usen una metodología sencilla, para enumerar los objetos: Tomen papel y lápiz, hagan un cuadro, divídanlo en cuatro columnas y luego escriban en el encabezado de cada columna y en este mismo orden, las siguientes palabras: Objeto, Origen, Responsable, Recuerdos.
El origen será, el lugar donde obtuvieron el objeto y el responsable, la persona que se los regaló, entregó, facilitó, etc. Lo demás en muy obvio.
Esto funciona hasta que los recuerdos, desatados como un panal de abejas africanizadas se vengan encima y se mezclen desaforadamente sin que podamos contenerlos.
Les aseguro que su lista será muy corta igual que la mía, y no porque no posean nada, sino porque al contrario, poseen mucho.
Al final, y lo veremos en el paso 12; las 27 libras de peso permitidas por maleta y el exhorbitante costo del equipaje extra, terminarán por definir, no lo que se va o lo que se queda, sino, de lo que te acuerdas y de lo que te olvidas.

3 comentarios:

Soraya dijo...

No estoy segura si será mejor que el silencio, pero ahí voy:
Emigre de Vzla en Feb 2009 y me reí-porque me vi en situación- con casí todos los pasos que leí (sólo tuve acceso desde el 5) Pero este último me tocó profundo, tuve que pasar sola todo el proceso de embalaje, selección que va, que no, pues ya mi esposo estaba aqui en Tx trabajando... no fue fácil. Gracias,por sus escritos, humanos y divertidos.

Alejandra Click dijo...

Que bien que volviste, esto de bloguear atrapa... Pues, me vine hace un poco más de una semana a España, para luego seguir a Londres y cuando hice las maletas recordé este blog y la tonalidad nostálgica que tiene. Recordé este blog cuando me despedí en el aeropuerto de mis padres y mis suegros. Gracias a este blog me despedí de mis familiares y amigos uno por uno y sabiendo que les dolía nuestra partida.
Mi esposo y yo nos vinimos con 3 maletas entre los dos. Los recuerdos se quedaron allá.
Un saludo y suerte.

Anónimo dijo...

Excelente tu manual... tanto que me tome el atrevimiento de hacer todo un post citando tu manual, paso por paso... como no tengo un resaltador que no me dañe la pantalla... era lo que me quedaba!!!
Que rico es leer un blog asi! Exitos!

Nena
Blog: VenezolanOZ

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